Amor inevitable
Eres Reina que exige la cordura como tributo
de todo visitante a los dominios de tu corazón,
eres Mar donde naufraga el compromiso
y eres Sol que enciende y abrasa la pasión.
Mujer fatal, niña traviesa,
dulce compañera, amiga fiel;
dueña de una increíble belleza
tan enorme como la bondad de tu ser.
Cual Ángel de la Guarda me acompaña
la sensación de aquel místico abrazo,
que en un instante, con aquellas lágrimas,
nuestras almas en una eternidad fundió...
Recuerdo que sin motivo pediste perdón.
Recuerdo que... ¡Te amé con todo mi corazón!
Dios me quiere de ti separado,
tremendo castigo cruel,
será el pecado de haberte amado
tanto o más que a mi vida,
tanto o más que a Él.
He buscado el sabor de tus labios en otros labios,
he buscado el calor de tu cuerpo en otra piel,
ya no lo intento... ya no me engaño...
Este amor inevitable... ¡Por siempre te será fiel!
Dulce Princesa
Vagaba insensible por esta vida sin color;
con los ojos cerrados, agobiado por el dolor,
hasta que de repente, una intensa luz me iluminó...
Abrí los ojos, miré al cielo y ahí estabas vos:
mágica, hermosa, radiante criatura virginal
como una dulce princesa escapada de un cuento irreal.
La claridad de tus bellos e increíbles ojos
inundando con intenso destello multicolor,
cada uno de los espacios grises de mi corazón.
El mínimo roce de tus dulces labios rojos
conmueve cada fibra íntima de mi pasión,
invitando a beber de ellos cada gota de tu amor.
Tu inocente y provocativa sensualidad
te sacude, te golpea, te incita sin piedad,
provocando una avalancha de furiosos sentidos
que te arrastran por toda la eternidad.
Inconsciente de mí, sin medir las consecuencias,
te entregué mi vida, mi pasión, mi conciencia;
te entregué, quizás, el más sincero de mis tesoros:
el amor más puro y simple de todos.
Tal vez, te digan que quise arruinar tu vida,
sería una estúpida, loca, idea suicida;
si tu vida es la mía, si no hay vida sin ti,
dicen tantas cosas ya no saben que decir...
La vida me ha golpeado de manera insaciable
con una indescriptible y feroz crueldad,
terrible e intenso dolor, sólo comparable
al que se siente cuando tú no estás...
Ausencia
Si todo pensamiento me sabe a tu presencia
cómo hago, dímelo, para no extrañarte;
ya es imposible disimular tu ausencia
si de esta agonía nada puede consolarme.
Adónde están la magia y la fantasía,
adónde el poderoso anillo con la escritura:
"Esto también pasará"
Nada en esta tierra libera a mi alma
de la inquietud que la aprisiona
cuando me faltas, cuando no estás...
Si no hay tiempo ni barreras ni distancias
que separen a dos seres que se aman,
entonces por qué muero al tenerte distante...
Seré yo la maldita excepción a la regla
o serás tú mi vida que dejaste de amarme.
En la piel de tus deseos
Desnudándome de toda mi necesidad,
vistiéndome en la piel de tus deseos;
hoy me abandono, me entrego por entero
a la dicha sublime de ser feliz en tu felicidad.
Si anhelas con desvelo la pureza del compromiso,
ofrezco algo más noble que un millón de anillos:
este íntimo deseo, puro en su esencia divina,
manantial infinito de todos mis sentidos;
este íntimo deseo de compartir toda la vida,
este íntimo deseo de compartirla... ¡Sólo contigo!
Si acaso un sentimiento sincero esperas,
abandona su búsqueda en las estrellas;
recuéstate plácidamente en tu interior
y hallarás los ecos de cada latido
de este incondicional corazón mío...
¡Que hace tiempo sólo late por tu amor!
Extraño pasatiempos
Extraño pasatiempo el de mi vida
de no hacer más que extrañarte,
de sentimientos embarcados a la deriva
sin encontrar corazón donde amarrarse.
Extraño pasatiempo de simular odiarte,
desesperado intento de mi sentir para alejarte,
condenándome sin la menor clemencia
a ser el único que sufre las ausencias.
Extraño pasatiempo de perseguir este sueño,
de hacer lo necesario y lo innecesario,
de solo convertirme en tu esclavo
con la firme ilusión de ser tu dueño.
Si hay que creer para ver...
¡Entonces creeré con porfía!
Si hay que rezar...
¡Entonces rezaré de noche y día!
Si hay que llorar...
¡Entonces derramaré cada lágrima mía!
Si hay que esperar...
¡Entonces esperaré varias vidas!
Si hay que amar...
¡Cómo siempre, amaré sin medida!
Si tengo que olvidar...
entonces lo siento,
quien ama como yo te amo:
¡Jamás se rinde... Jamás olvida!
Eterna Gratitud
A Dios vaya una gratitud divina,
haciéndose eco de mis ruegos,
me ha bajado de los cielos
un ángel para compartir la vida.
Un agradecimiento enorme al destino,
en su mágico devenir, ha cruzado los caminos
de nuestras almas, de corazón a corazón,
escribiendo esta nueva sinfonía de amor.
Un cotidiano “gracias a la vida”
que abandonando su clásica rutina
y luciéndose con sus mejores galas,
me despierta en tu paraíso en cada mirada.
Mi lista de agradecimientos es infinita:
a Dios, al destino, a la suerte, a la vida.
Por brindarme de este mundo lo mejor,
¡Eterna gratitud para ti mi dulce amor!
Intenciones
No intento ser el gran amor de tu vida,
ese que te exige, te demanda y luego te olvida.
Simplemente intento ser ese que disfruta
cada instante, cada segundo de tu compañía.
Ese que en aquella noche de verano
bajo un cielo repleto de estrellas,
encontró en un abrazo, en un beso tuyo,
la felicidad que creía perdida.
No quiero ser tu dueño, tu pastor, tu guía,
ese que te dice lo que tenés que hacer y luego te margina.
Simplemente intento ser ese que te quiere y te mima.
Ese que en aquella madrugada de desvelo,
feliz, extasiado, intensamente disfrutó
de la paz de tu rostro mientras dormías...
No me interesa ir de visita por tu vida,
ser el gran señor que te llena de cosas
por fuera y por dentro te vacía.
Sólo intento ser el que te provoque una sonrisa,
ese que aquel día poniéndose romántico,
enmarcó la belleza de tu rostro
y le escribió una dulce poesía.
No me gustaría ser ese que de rodillas suplica tu amor,
ese que te tortura y lastima con su fuerte obsesión.
Solamente ansío ser aquel que naturalmente desees,
ese que en una impensada y casual noche
Fue dueño de tu confianza por única vez,
protagonista sin ninguna restricción
de la completa entrega de tu pasión.
Sólo intento ser aquel que te pueda enseñar:
que quizás exista el amor eterno,
que tal vez la felicidad tenga dueño,
que cada instante compartido
puede ser un mágico sueño
del que no se quiere despertar...
Sólo pretendo ser únicamente yo,
ese loco perdido que te quiere,
ese poeta que se anima a decir
sin miedos todo lo que siente:
¡Te amo intensamente
cómo ayer, cómo hoy,
cómo lo haré siempre!
Invitación al amor sublime
A instancias de una respuesta cálida,
una fantasía concebida en la perfección;
sueño devenido en una realidad mágica,
hoy tienes una cita con tu emoción:
Un camino de pétalos de rosas,
tenue luz de velas perfumadas,
palabras dulcemente susurradas,
ecos de una canción hermosa.
Un listón rojo de tu corazón a mi lecho,
cataclismo de emociones en el pecho;
una escalera luminosa a la antesala del cielo,
apasionado rincón donde perder los miedos.
Una rosa suave que acaricie tus formas,
cuerpos iluminados a la luz del deseo...
Se satura el aire con sensuales aromas,
la pasión que explota en el primer beso...
¡Dos hogueras y un sólo calor,
dos corazones y un sólo latido,
morir en un instante de amor
para renacer en cada suspiro!
Noche sin besos prohibidos,
éxtasis de labios mordidos,
y el amor prevaleciendo al deseo
en un amanecer de abrazo eterno...
No declares estos versos indiscretos,
no supongas la sorpresa ya se ha ido,
ambrosía guardada en celoso secreto
para ser revelada únicamente contigo.
Una invitación al Amor Sublime,
de sueño perfecto a evento sagrado;
un encuentro humanamente irrepetible,
lacrado con tu sello sensual y mágico.
Arrastrado sin piedad por el vendaval de la nostalgia,
todo sentimiento se desgarra como tristes hojas mustias;
ya no escribes, ya no sientes, ya no extrañas...
Tus promesas de amor, náufragas en el mar de mis angustias.
El final feliz del cuento de hadas
habré de buscarlo en nueva jornada.
Por fortuna, siempre esta vida mezquina
nos presenta una nueva oportunidad.
Intentaré curar pronto mis heridas.
Intentaré no cometer tu mismo error,
de no abrazarme con locura, sin medida,
al más sincero y hermoso amor.
Cómo habrás de explicar un sinsentido,
si sabes tengo por bien conocido
las eternas noches sin sueño;
que el dolor tiene un único dueño:
aquel que sufre la cruel desazón
de no ver correspondido tanto amor.
Cómo habrás de explicarme
que el problema es ese corazón
de duros latidos que ha abandonado
el hábito que tenía de amarme...
Si preguntan, diles que sin ti vivir no puedo,
torturado por la ingratitud de tu ausencia;
que el morir es una impensada alternativa,
me sostiene este esperanzado deseo
de que regreses a mí algún día...
En cada suspiro dejo deslizar por mis labios
un sublime... etéreo... "Te Amo",
intentando vanamente poder definir
algo de todo lo que aún siento por ti.
Revelación
Esta mañana no descubrí el elixir de la vida eterna
ni el antídoto contra el veneno de la indiferencia;
que la cura de las ansiedades es algo de paciencia,
que el odio cae de rodillas ante las cosas tiernas.
Esta mañana no escribí el mejor o más triste poema,
tampoco elevé una sentida plegaria al Todopoderoso;
sencillamente me ha sorprendido el abrazo milagroso
que consigo trae todo aquello que no se espera.
Esta mañana amanecí en tu aroma perfumado,
de tu perfecta armonía felizmente enamorado;
dueño de un corazón de latidos desbordantes,
de un corazón concebido únicamente para amarte.
Soledades
Una constelación de sentidas emociones
en su cadente y elíptico deambular;
una pálida lluvia de tristezas otoñales
deslizándose por los ventanales de mi pesar.
Cada recuerdo se debate en cruzada santa,
la fe y la esperanza son las sábanas blancas
que protegen cada ilusión y cada latido,
de la tenacidad feroz del polvo del olvido.
Desandando sin equipajes la senda recorrida,
desprendiéndome de todo y de casi todos;
acarreando solo la nostalgia y la melancolía
unidas en gótica trilogía con mi dolor.
Ausencias voluntarias, encuentros malogrados,
y esta desolada soledad que hoy ha pesado
con una cruel gravedad ajena a este mundo.
Me pierdo en la noche triste y meditabundo...
¡Cuánto lo necesito! ¡Cuánto lo extraño!
estremecerme de emoción en un abrazo,
el suave éxtasis de tus dulces labios,
flotar en la ingrávida esencia de tu Amor.
Un poema para enamorar
Deja caer ese orgullo en el olvido,
libera la emoción en sensual entrega,
y en el místico roce de la piel nueva,
hechizaré suavemente tus sentidos.
Entrégate, mas no me des nada…
Envenéname de ilusión controlada,
inúndame de la necesidad infinita
de sentirme tuyo, de sentirte mía…
¡Deja el deseo libre inflamando la piel
y el amor salvaje se rinda a tus pies!
Acércate, pero hazlo muy lentamente…
dame un instante que dure por siempre.
¡Brilla con ese brillo de lo inalcanzable,
deja fluir de tu esencia lo más deseable,
ponle tu mágico e inconfundible sello
y mátame de pasión en un eterno beso!
Promesas de amor
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